Psicóloga Wendy Batista
wjbatistaf58@hotmail.com
Sábado 30 de mayo, 2015.
Continuando con la primera parte... El ser humano debe tener como base los pilares: de amor, ternura, caridad, el estudio y el culto a Dios. Así pues, la fuente de ternura y la compasión está implícita en el respeto y en el deber educativo en el que debemos capacitar a los niños desde pequeños, empezar por enseñarles a proteger y cuidarse ellos mismos.
El estudio: éste implica una participación de sabiduría con la sociedad y para el mundo que nos rodea... Y nos preguntamos: ¿ Qué necesitan los jóvenes para alimentar su sensibilidad?
Crearle un sentimiento de existencia trascendente, un sentimiento de respeto hacia la sociedad, crear oportunidades de satisfacción de sus auténticas necesidades humanas, eso atenuará el sentimiento de insensibilidad, frustración y rebeldía.
Otro de los grandes problemas de la insensibilidad en el ser humano es la obsesión por el poder, donde el culto a éste se ha vuelto epidemia, transformando la vida y lesionando peligrosamente el interés por cultivar la sensibilidad, volviéndonos pobres de corazón, míseros de alma, hipócritas y falsos.
Concluyo diciendo: que la ambición, la envidia y la falta de humildad no reinen en nuestras vidas y que seamos capaces de dar lo mejor cada día.
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