Psicóloga Wendy Batista
wjbatistaf58@hotmail.com
Sábado 23 de mayo, 2015.
A menudo escucho a personas decir que "ésta nueva generación es fuerte", y con mucho más frecuencia escucho esta frase cuando se trata de valores perdidos. El problema de nuestra juventud no es la juventud. El problema es el espíritu de nuestra época: La negación de la trascendencia, el valor del tener más que ser, la insipidez de los valores, la vacuidad del corazón, el derrumbe de la comunicación de la tradición y el mundo exterior del individuo.
El problema capital es que no estamos enseñando a nuestros hijos a pensar, a valorar, a llorar, a orar, a respetar...
La fuente principal de la ternura y la compasión reside en el respeto... Respeto por uno mismo y por los demás. Nuestra sociedad necesita retroceder a la época donde tú familia más cercana era tu vecino, donde el logro del otro era el tuyo, y no tu malestar o sufrimiento, donde se era feliz con lo que se poseía, no con lo del otro o aspirando tener más de lo que se puede, donde las cosas materiales no eran lo principal, sino, la humildad y el compartir con los demás.
La obsesión por el poder ha transformado la vida del hombre, hemos logrado abundancia pero estamos perdiendo calidad humana.
0 comentarios:
Publicar un comentario