EDITORIAL: El aguinaldo que marcó mi vida

Danny Mitchel (Mamú)
Jueves 04 de diciembre 2014

Recuerdo que en mis tiempos –que no hace mucho por cierto- los aguinaldos en los que participaba eran muy sanos. Iba con amigos a las casas de vecinos y familiares a compartir nuestra felicidad por las fiestas navideñas y el inicio de un nuevo año. En ese mismo ambiente disfrutábamos de un chocolate o té de jengibre caliente. En ocasiones acompañado de un pan y otras vacío, pero sabroso.

Eran momentos memorables y de nunca olvidar. Los cuentos, anécdotas y villancicos tocados con instrumentos básicos y muchas veces con trastos exclusivos para cocinar siempre estuvieron presentes en esas frías noches. Las carcajadas de madrugadas nos hacían recordar que debíamos bajar el tono de voz por que no estábamos solos en el barrio.

La alegría del vecino sorprendido era tal que se le olvidaba que al otro día se trabajaba y que los niños que estaban durmiendo debían levantarse tempano para ir al colegio. Estos salían en pijamas o cualquier prenda de vestir que usaran para dormir. Sentían como si Santa Claus llegara con su regalo anhelado.

Al contar esto suspiro muy profundo. Tal vez no sea de recordar aquellos inolvidables encuentros. Aunque dicen que recordar es vivir. Es posible que ese desaire sea por que cada vez que llega esta fecha y hablo de aguinaldo me traslado aquel 4 de diciembre del 2011 cuando perdí a un gran amigo. Una fecha que marcó nuestras vidas.

Un día como hoy –hace tres años-, camino al trabajo recibí la información de que Danny Mitchel (Mamú) había fallecido en un accidente mientras participaba de un aguinaldo, en ese momento algo de mí se salió y todavía es la fecha que no ha regresado. 

Hago esta reflexión porque no me gustaría ver otros familiares, amigos y allegados de alguno de ustedes afectados por este trance. Es muy doloroso. La pérdida de un ser querido es muy triste. Más cuando se va a destiempo. Lleno de salud, vida, un futuro por delante y amor para dar.

Nunca he estado de acuerdo con los supuestos aguinaldos en los que los jóvenes van detrás de vehículos con música bebiendo, cantando y bailando a deshoras. Es aberrante ver que todavía se practica este tipo de eventos en sectores del país incluyendo el mío.

Vamos a ser conscientes. Actuemos como adultos. Recordemos que en el mes de diciembre celebramos el nacimiento de Jesús. Más que una fiesta es una celebración. Es un tiempo de paz, amor y armonía. Pongamos un grano de arena y cambiemos nuestra realidad. Hazlo por ti. Regálate un año más.

D.E.P Danny Mitchel (Mamú) 1989-2011

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