El deseo de los lugareños, que vieron con cierto recelo la información de que el Ministerio de Educación se abocará a licitar 400 aulas móviles para satisfacer el déficit existente para el próximo año escolar, tiene varios motivos.
Primero, para que sus hijos puedan estudiar sin tener que salir del entorno y segundo, porque el estado de abandono en el que se encuentra la construcción se ha convertido en una especie de guarida, donde conviven antisociales que infunden el pánico en la zona.
Estos también se han encargado de robarse parte de los materiales de este centro, cuyo nombre oficial es “Escuela Básica El Café II”, siendo el portón de la entrada principal uno de los objetos más recientes en ser sustraído, de acuerdo al testimonio de los consultados.
“Los tigueres de por aquí cogieron y se robaron las varillas, con todo y blocks, las quitaron”, expresó Fanny Carrasco, una madre preocupada por la situación de este centro, cuya construcción inició bajo la responsabilidad de la ingeniera Nuvia Oliver.
Fuente: El Nuevo Diario
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